miércoles, 10 de agosto de 2011

DE PRINCESAS Y PRÍNCIPES

...y fueron felices y comieron perdices"... solían acabar de esta manera los cuentos que mi padre me contaba en su regazo... lo que nunca me dijo fue que eran pura fantasía que la vida es algo más que felicidad y perdices.... en alguna ocasión escuche que para que haya felicidad es necesario el sufrimiento,  menuda dicotomía!!!.... y me pregunto yo? para ser muy feliz entonces hay que sufrir mucho?...
Creo que me anclé en el pasado con un futuro previo solventado, pero la vida no solo puede ser poseer, hay que disfrutarla y este segundo concepto se me olvidó... por eso creo que lo rutinario es muy peligroso sobre todo cuando se convierte en acomodaticio.

¿que nos pasó?... tras tantos problemas familiares, económicos... tras tanta lucha contra la adversidad... cuando comenzamos a levantar cabeza...los sufrimientos diluyendo aparecen escollos que siembran.. la duda: me dices que has cambiado, que quizá sea la edad... el paso del tiempo. Pues creo que llevas razón, pero lo que no hagamos ahora...seguramente nunca lo haremos....

4 comentarios:

  1. Por eso, a hacerlo, a tirarse a la piscina, sin pensarlo tanto, pero mira que tenga agua primero, por si las moscas.

    Un abrazo

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  2. Algo tiene este escrito que me duele, de seguro que por identificarlo con cosas mías y por aprender, te imaginas como, que la vida deja cicatrices. Gracias, me gustó mucho, también por tus visitas. Guardo tu enlace.

    Saludos.

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  3. Es que es de hombres y mujeres, el vivir mientras se esta siendo feliz, y cuando llega un sufrimiento. Es la medida que nos indica cuando fuimos felices.
    Vivamos el momento que es lo único verdadero.

    Saludos!

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  4. La dicotomía a que te refieres es consustancial con la naturaleza humana; sólo tras haber tragado el amargo jugo del sufrimiento podemos paladear de veras el delicioso sabor de la felicidad. Pero en un justo medio, sin grandes aspiraciones, es posible gustar pequeños bocados de gratificante sabor en el día a dia.
    Todos cambiamos con el tiempo, somos como ese río de Heráclito, simpre el mismo, pero jamás con la misma agua.

    Un saludo

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